lunes, 28 de mayo de 2012

"Coño, coño, coño... MOTORIZADOS #$%&#$%!!!"

Antes de comenzar con mi disertación sobre estos personajes, los dejaré con un vídeo que data de 1991, donde nuestra María Rivas destaca las "vivencias y vicisitudes" de estos individuos.


Amigos, ustedes con atino dirán: ... y que hace este "loco" dedicándole un artículo a estos ejemplares de la vida cotidiana del venezolano?, la respuesta es simple... me tienen ARRECHO!!!

He descubierto que existe en este segmento de la sociedad, una diferenciación entre ellos, y seguidamente, trataré de explicarla con el mejor "aplomo" que puedo expresar:
  1. Motociclista: término "marginado" y no usado comúnmente; este se le daba hace unos años a los poseedores de una MOTOCICLETA, una variedad entre moto y bicicleta.
  2. Motero: término usado para aquellos poseedores de motos al estilo de HARLEY DAVIDSON, YAMAHA, SUZUKI, etc, es decir, de aquellos poseedores de motos con plata.
  3. Finalmente Motorizado: término que se entiende "despectivo" y de uso incluso laboral, a todo aquel propietario de una moto y que se utiliza "entre otros" para la distribución de documentos empresariales de importancia.
Sin embargo a mi forma de ver, todos ellos, pueden ser agrupados en el término en cuestión MOTORIZADOS, definidos por este ser humano cualquiera, como aquel individuo de la sociedad venezolana, que se desplaza en MOTO y hace caso omiso de la autoridad, las leyes, la moral y buenas costumbres.

Claro está y siendo justos, esta definición no aplica para todos sus miembros pero si a una gran mayoría, así que si no te sientes identificado, no te sientas ofendido.

Estos "panas" son tan reconocidos, que tuve peticiones de ciertos seguidores en el "exterior" que me pidieron publicara fotos de motorizados en las colas de la ciudad capital, mas adelante estoy seguro encontrarán las fotos que premiaran sus peticiones.

Creo que la apertura ha sido bien extensa, sin embargo esta pudiera estar "viciada" sino llevamos a contexto la realidad del MOTORIZADO en nuestro país.

Lamentablemente se trata de personajes (en su mayoría), trabajadores de sol a sol que se ganan el sustento serpeteando en el tráfico y arriesgando su pellejo, para lograr entre otras cosas, el crecimiento de las compañías o empresas que estos representan; hasta aqui la cosa va bien, sin embargo, en el deterioro socio-cultural en el que nos encontramos sumidos (los venezolanos) a estos "men" (apoyados incluso por la autoridad), les resbala la ley, sus reglamentos e incluso atentan contra la seguridad y la moral, rasgos estos en avanzada decadencia dentro del venezolano.

Todos los día oimos cuentos, historias, chismes e incluso fábulas, de cuanto motorizado hay en la vía, pero en realidad me pregunto: ¿será que estos panas carecen de todo sentido de moralidad y convivencia ciudadana?, la respuesta es casí inmediata: "la sociedad, las condiciones de vida e incluso la educación recibida, atentó contra estos "tipos" hasta convertirlos en una especie de "mutantes" que entienden la realidad como algo que va directamente relacionado a su pensamiento.

Este pensamiento recreado en cada uno de estos sujetos se explica por la ausencia de reglas, de comportamiento agresivo, desobediencia a la autoridad y repudio al colectivo, al ciudadano, en otras palabras, a sus semejantes.

El repudio a los "MOTORIZADOS" es general y se maneja a manera de "reojo" pues estos sujetos se desenvuelven en casi cualquier circulo de nuestra ciudad; es decir, en cualquier esquina puedes encontrar alguno y lo mas paradójico es, que de vez en cuando, alguno de ellos quizá, pueda hacerte "un favor".

La "satanización" de estos ejemplares viene de la mano de la continua depauperación social de nuestro entorno, donde un "par de zapatos" vale mas que la "vida" y un litro de "agua" vale mas que uno de "gasolina"; los motorizados se han convertido en una estirpe "sin ley" que se refugia en el temor que causa a los habitantes de cualquiera de nuestras ciudades.

Es tan "vil" ser motorizado en nuestro país, que el mas pintado y/o estudiado y/o ejemplo de nuestra tierra, cambia de inmediato al ponerse un casco y subir a estos "caballos" modernos de transporte; se desocializa y peor aún, asume lo que no es propio, una conducta insana, violenta y marginal.

Por todo esto, espero y aspiro, que tomemos conciencia del hecho y tratemos en lo posible de no atravesarnos en el camino de estos personajes, pues en el mejor de los casos recibiremos una tanda de improperios y en el peor de estos podríamos encontrar hasta la muerte.

AJRA

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