viernes, 20 de diciembre de 2013

"Cosas que pienso y no quiero pensar"


Al igual que el titulo de una canción de la banda venezolana «TEMPANO» por allá, a mediados de los 80`s, en ocasiones pienso, pienso y pienso en cosas que no quiero pensar.

La economía del país por ejemplo, el eje político-social, la escases, la inflación, la "peladera de bolas" de todos nosotros, me obliga a reflexionar sobre el posible futuros de nuestros descendientes.

Una "sarta" de pseudopoliticos de pacotilla, nos han enrumbado a un destino de incertidumbre, apoyados con las ideas de un «muerto»; ¡si un muerto!.

Recuerdo en mi juventud que la mayor pelea que podría existir era entre verdes y blancos, entre caraquistas y magallaneros, entre los de la ULA y Los Estudiantes de Mérida, entre Reagan y Gorbachov; hoy en día peleamos por la harina, el aceite o el azúcar que medianamente encontramos, nos matamos entre rojos y amarillos y nos olvidamos de quienes en el fondo padecen la realidad, la coyuntura histórica de una "pelazón" que deja sin sustento, por lo menos, al 20% de nuestra sociedad.

Todos los días valemos menos en términos monetarios, lo cual nos conlleva a un estado de «pelabolismo» exacerbado que limita con la intolerancia de un individuo que ha sacrificado espacio y tiempo para llegar a tener lo poquito que pueda tener.


Verga, no es posible que siendo tan ricos, vivamos tan pobres; esto debiera calificar como CRIMEN DE LESA HUMANIDAD.

Malditos y miserables es el calificativo que por poco merecen nuestros lideres, los que gobiernan a este pueblo, pueblo que ha demostrado ser (aunque nos duela) una suma de "alcahuatería bobolónica del nuevo milenio", un pueblo "tan fiel" que muere de hambre suplicando por un libro y un aula, una sociedad tan decadente que aplaude e idolatra a quien lo pisotea; no me "jodan" con discursos y retoricas que alaban al que me quita el pan de la boca, al que me "escoñeta" mis aspiraciones de crecimiento, al que sencillamente no me deja progresar.

Es duro decir esto, pero, a ratos, me da arrechera este sentimiento de "venezolano" que me embarga, pues, para que lo siento..., para recordarme que este país tiene unas bellezas naturales envidiables?, o para decir que hace algunos años "tuvimos" una industria petrolera pujante y que fue considerada como una de las primeras del mundo?, dado esto me pregunto, para que sirve este sentimiento de venezolano, ¿para alardear de un patriotismo que no siento?, ¿para enorgullecerme de un adjetivo que me desecha como papel sanitario?..., no mi pana, no quiero sentirlo.

Lamento deciros amigos, compañeros, conocidos, cercanos y lejanos, extraños y enemigos, estamos realmente jodidos si pensamos que en la tierra de Bolívar vamos a encontrar progreso, es triste, es lamentable, pero es así.

Si alguno de ustedes no está de acuerdo con este sentimiento, lo invito a hacerme reflexionar, pero, las cartas están echadas y la realidad nos ha arropado, acobijando a este "maravilloso" pueblo en una vorágine estrepitosa que en algún momento colisionará con nuestros deseos, aspiraciones y sueños, causando el mayor de mal de la historia a una (o dos) generación (es).

Discúlpenme la fecha, pero lo tenía atragantao.

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