Mediamos noviembre y el ambiente comienza a brindar tonos navideños por doquier, tiendas adornadas, comentarios en radio-TV y la euforia colectiva por el advenimiento de los "aguinaldos" y "utilidades", nos invitan a participar en esta racha de "bonanza" típica de estas fechas, claro está, cargada de malestares y sinsabores de un año que no disfraza su agonía para llegar inexorablemente a su fin el 31 de diciembre de cada año.
Todos envueltos en esta euforia mercantil de los aguinaldos, comenzamos a realizar planes, otros a materializarlos y otros no muy pocos, observamos a lo lejos el desgaste festivo que por tradición, vinculación familiar o simplemente por apariencias realizan sobre estas fechas.
Arbolitos, pesebres, adornos, hallacas, pan de jamón, pernil, nueces y avellanas, manzanas y uvas, terminan adornando las mesas familiares en este festín de vanidades y rozagante manera de agradecer a un año que finaliza, por supuesto, rodeando el aire de toda esta celebración, nunca estaremos completos sin la melodía de los tradicionales aguinaldos o la siempre presente Gaita Maracucha y su "amparito" que resuena como autobús sin escape por la Av. Urdaneta.
Aunque no parezca, soy un fanático de la navidad, por la alegría que desborda en sus haberes, sin embargo, me parece tonto, fuera de lugar, "cursi" y hasta ridículo, las posturas que asumimos algunos de nosotros para con estas fechas.
Compras por doquier, necesidades de remodelación exclusivas para estas fechas, regalos que buscan comprar conciencias y peor, vestir estas festividades de tonos cuasi religiosos-endiosados buscando redimir los pecados que atrozmente llevaste a cabo durante los 11 meses anteriores.
"Amparito" (y volviendo al tema) no deja de dejarme petrificado; años y años; navidades tras navidades y la melódica pieza de Maracaibo 15 no deja de escucharse en cualquier rincón de nuestro país (y fuera de él también), los venezolanos se identifican con esta pieza musical (no se por cual razón), por ser una mezcla de gaita tradicional y visión irreverente del contenido de la misma.
Todos los años escuchamos nuevas gaitas, pero siempre quedarán y sonarán fielmente las favoritas de todos los tiempos, las cuales en el mejor de los casos debe tener algo mas de 15 años.
Y como todos los años, "morirá" este 2010 y este festín de celebraciones y gaitas dormirán por 10 meses mas, para revivir de nuevo como "Lázaro" en noviembre que viene, donde esta misma historia se repetirá y la euforia colectiva y las "gaitas" sonaran una vez mas.
Compras por doquier, necesidades de remodelación exclusivas para estas fechas, regalos que buscan comprar conciencias y peor, vestir estas festividades de tonos cuasi religiosos-endiosados buscando redimir los pecados que atrozmente llevaste a cabo durante los 11 meses anteriores.
"Amparito" (y volviendo al tema) no deja de dejarme petrificado; años y años; navidades tras navidades y la melódica pieza de Maracaibo 15 no deja de escucharse en cualquier rincón de nuestro país (y fuera de él también), los venezolanos se identifican con esta pieza musical (no se por cual razón), por ser una mezcla de gaita tradicional y visión irreverente del contenido de la misma.
Todos los años escuchamos nuevas gaitas, pero siempre quedarán y sonarán fielmente las favoritas de todos los tiempos, las cuales en el mejor de los casos debe tener algo mas de 15 años.
Y como todos los años, "morirá" este 2010 y este festín de celebraciones y gaitas dormirán por 10 meses mas, para revivir de nuevo como "Lázaro" en noviembre que viene, donde esta misma historia se repetirá y la euforia colectiva y las "gaitas" sonaran una vez mas.
Este párrafo fue la clave: "regalos que buscan comprar conciencias y peor, vestir estas festividades de tonos cuasi religiosos-endiosados buscando redimir los pecados que atrozmente llevaste a cabo durante los 11 meses anteriores."
ResponderEliminarHipocresía vestida de rojo y verde; que luego seguirá apuñaleándote abierta y descaradamente desde el 1 de enero del año a estrenar.
Bien, boss!